Entre las muchas lecciones que nos deja Arnoldo Kraus, este libro que llamó su bitácora de la pandemia, sigue teniendo actualidad y dando en qué pensar.
Con una dedicación generosa y apasionada, con la duda como la más clara constancia de su andar por los días, Arnoldo Kraus puso cerca de nosotros esta reflexión y su encuentro con la voz y las inteligencias de otros. Lo empezó a escribir el diecinueve de febrero del inaudito 2020, antes de que muchos otros, incluso quienes seguimos con obsesión el camino y las lecciones de esta plaga, la tomáramos en serio.
La bitácora no es un anecdotario, es una brújula, un recuento de lo que pasaba por la emoción y el entendimiento de un hombre excepcional que se detuvo desolado frente al misterio y buscó todos los días alguien con quien resolverlo. Muchas veces ensayistas, otras, escritores de ficción o poetas, a cada tanto un médico. O varios.
El doctor Kraus empezó el libro dando cuenta con sencillez de su desconsuelo. Algo fatal estaba sucediendo y no había lucidez que pudiera detenerlo. Si yo hubiera estado mirando sobre su hombro, mientras él escribía los primeros veinte días de su recuento, no habría podido verlo sino como un profeta. Lo tenía todo previsto, sus reflexiones alcanzarían las nuestras, muchos meses después de que él las escribiera.
LEER EN REVIShttps://angelesmastretta.nexos.com.mx/la-bitacora-de-kraus-una-leccion/?_gl=1*kpt2z2*_ga*Mzc2MjM2ODIuMTcyMDYyODA4MA..*_ga_M343X0P3QV*czE3NTcxODA2TA NEXOS










