La batalla cívica de María Corina Machado trasciende en la conciencia del mundo democrático
De acuerdo con el comunicado del Comité Noruego, la líder opositora venezolana María Corina Machado recibió el Premio Nobel de la Paz “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.
Cabe recordar que dos filósofos del siglo XX coinciden en subrayar la relación entre la democracia y la paz o particularmente la no violencia. A mediados de los años cuarenta, el austriaco Karl Popper escribió que la democracia es la única forma de gobierno en la que un pueblo puede cambiar gobernantes, por medio de elecciones generales, sin derramamiento de sangre.
Esto fue corroborado cuarenta años después por el italiano Norberto Bobbio quien después de citar el concepto de democracia de Popper, consideró que uno de los ideales ciudadanos democráticos es la no violencia, ideal en el cual, a través de las leyes o reglas formales respetadas por todos, un adversario del gobierno no es un enemigo al que hay que destruir -o asesinar-, sino un opositor que el día de mañana podrá tomar su “puesto”.
Además de su perseverancia en intentar deponer una dictadura a través de mecanismos democráticos y por lo tanto pacíficos, María Corina Machado ofrece a los ciudadanos del mundo un testimonio de integridad, cualidad que no es común en los ambientes políticos.
El doctor en derecho, José Antonio Lozano Diez, menciona las características de una persona íntegra. Aquí destaco algunas que son observables en lo hecho hasta hoy por la activista venezolana:
Como primera característica, la palabra de una persona íntegra está orientada hacia la verdad, a decir las cosas como son, conforme a la realidad. Eso le da credibilidad y la hace una persona confiable (segunda característica). En medio de la lucha política, María Corina Machado fue generando poco a poco la credibilidad y la confianza de la mayoría del pueblo venezolano que se encontraba embelesado con un gobierno demagogo y corrupto que había logrado dopar la conciencia de ese pueblo a través de dádivas y propaganda. Ha sido tal la confianza ganada por María Corina que, en 2024, ella y sus seguidores, en condiciones completamente adversas, lograron unificar a toda la oposición dentro y fuera de Venezuela, demostrando con votos -y no con balas- que esa mayoría ya no apoya a la tiranía de Nicolás Maduro.
Una tercera característica de una persona íntegra es que tiene la capacidad para aceptar la realidad, aunque esta sea negativa. Y ¿qué realidad más negativa hay para un pueblo que vivir en un régimen dictatorial criminal que aterroriza, secuestra, golpea y asesina a sus ciudadanos? María Corina ha tenido el valor y la entereza para defender gallardamente la bandera de la democracia en su patria viviendo en la clandestinidad, en un país en que varios de sus compañeros de lucha han sido encarcelados, torturados o asesinados.
Esta característica de la integridad mostrada por María Corina nos pone la vara muy alta: cuando las circunstancias sean completamente adversas, la democracia y los derechos humanos se defienden con la vida misma.
En este sentido no olvidemos el ejemplo de otro héroe ciudadano: el activista y líder opositor Alexei Navalny quien, al regresar a su patria para defender la libertad y la democracia, terminó siendo asesinado por la tiranía criminal que hoy gobierna Rusia.
Una última característica que podemos mencionar -siguiendo al doctor Lozano Diez- es que las acciones de una persona íntegra están orientadas a la trascendencia. En efecto, la batalla cívica de María Corina Machado ha trascendido en lugar y tiempo; ha impactado no solo a sus compatriotas venezolanos sino a todo el mundo democrático, y será ejemplo de integridad ciudadana para las futuras generaciones.
Quienes creemos en el valor de la integridad como un principio rector que debe prevalecer en toda sociedad que quiere vivir en paz, valoremos en toda su magnitud lo que significa para el mundo libre el Premio Nobel otorgado a María Corina Machado.
Mientras tanto, pronto, muy pronto, Venezuela volverá a ser libre.
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