La inalcanzable vivienda / Héctor Aguilar Camín

Día con día / Lunes 25 de abril

Como quien sugiere un acto voluntario, la elección de un estilo de vida, se dice que los millennials, la generación nacida en los ochentas y noventas del siglo pasado, prefieren viajar que comprar casa, y rentar que comprar.

Puede haber en esto, efectivamente, algo voluntario, libre, desapegado de las seguridades pequeño burguesas propias de generaciones anteriores, donde comprar una casa, en cualquier nivel social, era un escalón buscado de vida, un logro duradero, un premio al esfuerzo y un alivio contra la inseguridad.

Bajo el estilo millennial desapegado de la posesión de una vivienda hay, sin embargo, uno de los más preocupantes tapones de consumo, una de las realidades de mercado más atentatorias contra la mejoría económica de las nuevas generaciones.

Lo cierto es que estas nuevas generaciones tienden a no comprarse una vivienda simplemente porque no pueden.

Máximo Jaramillo ha investigado los números de esa realidad de mercado. Son estos: “en los últimos 16 años, los precios de las viviendas han subido 42 por ciento en términos reales —por encima de la inflación— mientras que las remuneraciones salariales promedio han disminuido 21 por ciento”: https://bit.ly/3xOaBpc.

Los ingresos salariales en términos reales vienen en picada desde el año 2006, con una leve recuperación en 2020 por el aumento de los salarios mínimos, cuyo impacto se perdió del todo, sin embargo, en el horizonte de la caída general de ingresos de la pandemia.

En esas condiciones de precios, ¿quién puede comprarse una vivienda con sus ingresos laborales?  

Nadie que no tenga esos recursos desde antes, acumulados en su familia, o ingresos extraordinarios independientes del salario, provenientes de herencias, de negocios personales exitosos, o de actividades ilícitas.

Estas condiciones de la vivienda inalcanzable son parte de la explicación de por qué las nuevas generaciones tardan más tiempo en dejar la casa familiar, más tiempo en formar su propia familia y en tener hijos.

La vivienda inalcanzable es una forma de clausura del futuro. Es un fenómeno complejo, cuyas causas explora Jaramillo, y puede corregirse con políticas públicas adecuadas.

En realidad es parte de un proceso social más profundo que preocupa hace tiempo a economistas como Santiago Levy: el achatamiento de las clases medias y el estancamiento de la movilidad social mexicana.