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29 Marzo 2024, Puebla, México.

Los pueblos indígenas y la defensa de su territorio / Cecilia Vázquez Ahumada

Cultura /Sociedad civil organizada /Justicia /Naturaleza y sociedad | Ensayo | 9.MAY.2023

Los pueblos indígenas y la defensa de su territorio / Cecilia Vázquez Ahumada

 

 

La intensión de estas líneas es hablar de un pequeño ladrillo de una gran construcción.  La gran construcción fue el triunfo de la comunidad de Tecoltemi, y de sus aliados, la Unión de Ejidos y Comunidades en Defensa de la Tierra, el Agua y el Territorio Consejo Tiyat Tlali,  quienes en el mes de abril del 2023, lograron la expulsión legal de las compañías mineras, subsidiarias de  Almaden Minerals Ltd, de los territorios de los pueblos originarios de la Sierra Nororiental del Estado de Puebla. 

Este trabajo es un resumen del dictamen antropológico que se presentó en el año 2015 a los tribunales de Amparo, donde se mostró la lógica cultural distinta que posee Tecoltemi y por la cual se debe considerar que es un pueblo originario y por lo tanto es digno de ser protegido por el Convenio 169 de la OIT, documento signado por México.

 

Los sabios habitantes de Tecoltemi, hombres y mujeres, lograron deshacer lo que parecía imposible, mostrar que su cultura los define como pueblos originarios y que gracias a ella hay esperanza civilizatoria, no solo para ellos, sino para todos nosotros y que la legalidad, que se impuso, está de su lado, por fin.

 

 

La lógica cultural de los pueblos originarios

 

Comenzamos explicando que la cultura es lo que hace a las sociedades humanas y que esta posee las siguientes características: a) que no se nace con ella, la cultura es aprendida; b) todas las partes que componen la cultura están íntimamente interrelacionadas y sí una de estas partes se modifica, las otras partes también sufrirán cambios y c) la cultura es comunitaria, hace posible la existencia de grupos determinados. (Hall, Edward T, 1978: 23). Es decir, define identidades grupales, como son los totonacos, los poblanos, los nahuas, los franceses, etcétera. La cultura es el medio de comunicación del hombre; no existe ningún aspecto de la vida humana que la cultura no toque o altere. La cultura determina como nos expresamos, no solamente con el lenguaje hablado, sino también con el silencioso; determina la manera en cómo expresamos nuestra emociones, (ira, felicidad, tristeza); la forma en que pensamos y cómo nos movemos; cuáles son los problemas que debemos resolver y cómo los resolvemos; etcétera.  Es decir, la cultura son las maneras de como las personas viven en sociedad y como son las estructuras que determinan su manera de relacionarse entre ellos y con el mundo, incluyendo los otros grupos sociales con los que les toca compartir el planeta, es decir, las culturas hacen identidades sociales.

México se ha caracterizado por una profunda tradición en el pensamiento antropológico por la necesidad de explicar la confluencia de grupos indígenas y mestizos que forman una parte fundamental de nuestro país. Yo me referiré a las últimas tendencias que interpretan el mundo de los indígenas en México a través del manejo de los conceptos que han acuñado los estudiosos del pensamiento mesoamericano. Esto es, los estudiosos de los grupos que estaban ocupando el territorio antes de la llegada de los europeos en el siglo XVI y que continúan poblando el país y han sido privilegiados al generar una cultura específica, la cual forma parte de nuestro mundo contemporáneo y que se expresa en los grupos étnicos de nuestro país, mismos que se asientan en zonas rurales y urbanas. Y que hacen de nuestro país una nación multicultural.

La Dra. Catherine Good Eshelman (2005: 87) ocupa cuatro ejes conceptuales para hablar del mundo de los grupos étnicos en México: 1) un concepto muy complejo del trabajo o tequitl; 2) las relaciones de intercambio y reciprocidad que fundamentan la cosmología y la organización social; 3) un concepto de fuerza o energía vital que circula; y 4) una clara conciencia de la continuidad histórica colectiva. Lo que sostiene la estudiosa y que se ha comprobado en diferentes regiones del país, es que estos ejes conceptuales son los responsables de crear una lógica cultural distinta a la del mundo moderno.

 

La comunidad Tecoltemi

 

La comunidad de Tecoltemi (“se llenó de lumbre”) ha pertenecido al municipio de Ixtacamaxztitlán desde la época prehispánica. Este municipio ocupa hoy un territorio que desde antes de la domesticación del maíz (5000 a. de C), fue ocupado por cazadores- recolectores que aprovecharon las oquedades y cuevas de sus múltiples montañas para refugiarse. Esto lo prueban las pinturas rupestres que se localizan en el municipio, específicamente el Xalico.

En el municipio de Ixtacamaxtitlán se han recolectado múltiples muestras de cerámica y objetos que dan cuenta de una larga ocupación humana que abarca los tiempos determinados por la ciencia arqueológica como el periodo Preclásico (2500 a. de C a 200 d.C.), el periodo Clásico (200 d. C. a 900 d. C) y el Posclásico (900 d. C. a 1521 d. C.). La arqueología y la etnohistoria nos han permitido entender que en estos años se formó lo que se llama hoy Mesoamérica, área que incluye el territorio de Ixtacamaxtitlán. La caracterización que se hace de esta sociedad está relacionada con el cultivo del maíz, la construcción de terrazas, canales y represas, una vida urbana, con una intensa actividad ceremonial porque se consideraba (y considera) que todo lo existente tiene interrelación, y está animado, que las esferas de lo sobrenatural y lo humano-animal-vegetal se tocaban (y se tocan) y se influían (e influyen) mutuamente. Los hombres no eran (ni son) solo criaturas al capricho de dioses lejanos y apartados, sino responsables de la vida de los mismos y es a través de sacrificios (sangre, alimentos, ropa, bailes) que se les alimentaba (y alimenta) para su vivir y se les honraba (y honra) para obtener favores.

La división del trabajo de aquellas sociedades prehispánica será muy compleja y los logros intelectuales fueron muy importantes, como la invención del cero, la escritura y el registro calendárico; descubrimientos astronómicos útiles para conocer meteoros. La sociedad mesoamericana poseía (y posee) una concepción dual que da origen al dinamismo cósmico, en una perpetua interacción entre lo femenino, húmedo, subterráneo, muerte y lo masculino, seco, luminoso y vital. Estos elementos se conjugaban para dar origen al movimiento, a la vida y la muerte, a la estación seca y la húmeda. En el complejo panteón mesoamericano los cerros son las bodegas de los alimentos, en ellos se guardan las semillas que florecerán después del trabajo de los hombres y en ellos se acumula el agua que hace reverdecer los campos, el agua sagrada que se guarda en estos depósitos tiene conexión con el agua del mar, que está bajo la tierra, en lo profundo. El héroe máximo de la civilización mesoamericana (desde la mitad de la república mexicana hasta Honduras) es el maíz. (López Austin, A. 2016: 93) Siguiendo al Dr. López Austin diremos que en la actualidad Mesoamérica emplea los santos católicos para hacer énfasis en las fiestas agrícolas de los cultivadores indígenas y campesinos.

 

La intensa conexión entre ese pasado prehispánico y la vida de las comunidades indígenas y campesinas, con las características esbozadas al principio de esta disquisición, sigue teniendo vigencia, no como un enlistado de características, sino como una dinámica cultural y social en la que la unión de todos los miembros de las comunidades es por el trabajo, la reciprocidad y la circulación de la energía vital, por el agradecimiento por la vida heredada y la historia que se hace presente en la vida de cada uno de los miembros de estas sociedades[1] .             Estas características culturales son las que posee la región de Ixtacamaxtitlán y de Tecoltemi en particular.

 

Los polígonos de las concesiones mineras en Ixtacamaxtitlán. Fuente CartoMinMex      

 

 Con motivo de las concesiones las concesiones mineras 219469 y 233434, en los lotes denominados “Cerro Grande” y “Cerro Grande 2”, la comunidad indígena de Tecoltemic verá alterado su ciclo, practicas rituales y danzas que forman parte de su patrimonio cultural.

 

El proyecto minero en Ixtacamaxtitlán se ofrece a los inversionistas

Una ilustración elaborada por AlmadenMinerals de lo que sería la explotación a cielo abierto en Ixtacamaxtitlán.

 

            El municipio de Ixtacamaxtitlán posee un territorio de 567.96 Km2, y tiene una población de 25, 326 habitantes[2], lo cual implica una densidad de 45.13 habitantes/ kilómetro cuadrado[3]. Los datos censales reportan una población indígena de 2802 personas[4], la mayoría de los cuales se expresan en idioma náhuatl. La población económicamente activa del municipio es de 8302 personas y la población económicamente inactiva es de 10241 personas. El índice de migración dentro del Estado de Puebla es muy grande, porque se reporta en 23, 313 personas, siendo aún, en 2010 recordemos, solo un número de 33 personas las que trabajan en los Estados Unidos .Los datos censales reportan que este municipio tiene un alto grado de marginalidad y que posee una enorme cantidad de pequeñas comunidades rurales[5], 120 para ser precisa, Tecoltemi es una de ellas.

Tecoltemi se encuentra a 2580 metros sobre el nivel del mar. Lo habitan 152 personas, 74 hombres y 78 mujeres. En Tecoltemic el 1,32% de los adultos habla náhuatl. En la localidad se encuentran 34 viviendas[6] .

 

El territorio, parte inseparable de cualquier pueblo originario, es un punto nodal del ciclo ceremonial y parte constitutiva de la identidad, porque está construido históricamente y cotidianamente por el pueblo. El territorio implica una apropiación mítica (lugares sagrados, el templo, el cerro, el manantial), ritual (el templo, el cementerio, la milpa, los caminos para hacer la procesión, los puntos de partida de las peregrinaciones), social (la escuela, los barrios), y material (la milpa, el monte de todos de donde se traen las plantas curativas, de donde se cortan las flores para adorar al santo, de donde se trae leña, donde se construyen las casas, donde se caza animales salvajes). El territorio es de lo que dispone la comunidad para desarrollarse.

 

 

Territorio y concesiones mineras

 

Tecoltemi[7] , posee desde el año de 1938[8],  una dotación de 330-00-00 Has., de las cuales 87-20-00 Has. son de temporal y 242-80-00 Has. son de terrenos cerriles para uso colectivo de los promoventes. El total de beneficiario fue de 61 ejidatarios, de los cuales, actualmente quedan 52[9] . Los ranchos que fueron afectados se llamaban San Cosme y San Diego[10] .

Las concesiones Cerro Grande y Cerro Grande 2 afectan al municipio de Ixtacamaxtitlán y a la comunidad de Tecoltemi, como lo demuestra los planos de los Títulos de concesión: 233534 Cerro Grande 2 Minera Gavilán, S.A. de fecha de expedición 23/02/2009; estatus VIGENTE; Superficie (ha) 3, 028 0000 y el Título de concesión 219469 “Cerro Grande”, Minera Gavilán, SA. C.V. Fecha de Expedición 06/03/2003; Estatus VIGENTE; Superficie (ha.) 11, 201.5515, de acuerdo a la proyección “Localización geográfica del Ejido de Tecoltemi y las Concesiones Mineras Cerro Grande y Cerro Grande 2, inserta en el mismo expediente del Amparo 445/2015.[11]

 

 Festividades y tradiciones

 

La comunidad de Tecoltemi tiene un nutrido ciclo de fiestas que se llevan a cabo en su territorio, tanto en el núcleo de población, como en el espacio que hace el ejido. Los temiltecos. Como pueblo originario, Tecoltemi cultiva maíz, frijol, calabaza, cebada, trigo, alverjón, haba. Los terrenos son de temporal[12] . En febrero y marzo se lleva a cabo el barbecho, en marzo se siembra y en octubre y noviembre se recogen las cosechas.

De las tierras de Tecoltemi se obtiene plantas medicinales y frutas de sus árboles; se poseen chivos, vacas, cerdos, conejos y gallinas. En el monte comunal, los temiltecos cazan conejos, ardillas, armadillos, coyotes, zorras, zorrillos y víboras entre otros.

El ciclo festivo de Tecoltemi, como pueblo originario, consta de las siguientes fechas emblemáticas: 2 de febrero, se bendicen las semillas, se lleva a los niños dios a bendecir, se organizan banquetes donde son agasajadas las madrinas[13] de los niños Dios y la comunidad intercambia bienes (ropas para el niño dios y comida)[14]. La danza de “Los negritos”, sale a la comunidad de Santa María Zotoltepec (este poblado es el que está más cerca de donde comenzarán los trabajos de demolición de un cerro por parte de la minera Gavilán S.A. C.V.). Esta danza es invitada por los zoltepequenses para tributar a la virgen de su pueblo.

La Semana Santa, festividad católica, donde se escenifica la pasión de Cristo con una procesión por la comunidad, en este recorrido del Via-crusis, salen de su núcleo poblacional y se encuentran con la comunidad de Ocotla, quien hace exactamente los mismo, una vez que se encuentran en un paraje limítrofe, ambas procesiones vuelven a su núcleo. Tejiéndose, como lo explican los estudiosos del fenómeno antropológico de la ritualidad mesoamericana, fuertes redes de relación entre las comunidades, lo que hace regiones culturales.

 

Huehue en Tecoltemi, Foto de Cecilia Vázquez Ahumada.

En Tecoltemi también existe la cuadrilla de “Huehues”, que son hombres vestidos con “capotes”[15], máscaras de madera, labradas con madera de os árboles locales (hilite, rama de sabino, colorín) , reatas de charros, tejidos de fibra de maguey, otra de las fuentes de recursos de la comunidad (pulque, aguamiel, fibras, cercas vivas, gusanos comestibles), y paños que cubren sus cabezas. Estos personajes “ancianos”, son irreconocibles y hacen fechorías a los niños y jóvenes que los ven bailar. La cuadrilla de “Huehues” sale en Semana Santa, en Todos Santos y en la fiesta patronal de Tecoltemi. El 3 de mayo, otra de las grandes festividades del ciclo agrícola, es cuando se hace una gran rogación para la obtención de un buen temporal. Los temiltecos acuden al santuario de Texocuixpan para solicitar un buen temporal. La comunidad de Texocuixpan se encuentra a 7 km de la cabecera municipal, y es un santuario donde el agua ocupa un lugar preponderante, hay una fuente de donde los peregrinos obtienen agua para llevar hasta sus hogares. En este santuario los temiltecos danzan “Los negritos”, danza de origen colonial, que fue adoptada por los pueblos originarios de la zona totonaca y nahua de la sierra norte de Puebla. En esta fecha se enflora la cruz, de cada predio, y se hace “un chimale” con flores de palma, en cada milpa se inciensa la cruz, se hacen oraciones y se prenden cuetes. El 13 de junio, San Antonio, se le hacen una fiesta y van a bailar la danza de “Los negritos” en Cuahuictic, comunidad vecina de Tecoltemi. Esto implica el tejido de relaciones con las comunidades aledañas. Antes se acudía a pie a estas festividades a los santos, era parte de los dones que se le ofrendaban a los santos, Vírgenes y Cristos; hoy acuden, con igual solemnidad, pero en camionetas[16] . Para acudir a estas citas, “Los negritos” de Tecoltemi son invitados por sus vecinos y son retribuidos con alimentos y bebidas por acudir a reverenciar a San Antonio. El 15 de agosto. El día de la Inmaculada María, “Los negritos” de Tecoltemi, acuden a Contla, otra comunidad vecina a danzar en honor de la Virgen. Esta festividad agrícola, es para agradecer los primeros elotes que comienzan a aparecer en las milpas. Se consumen con gusto y respeto. El 25 de julio, este día “Los negritos de Tecoltemi”, única danza que sobrevive en la región de Ixtacamaxtitlán, es invitada a danzar a Zautla, municipio vecino. Lo mismo, con solemnidad se acude a agradecer y pedir a Santiago apóstol para que otorgue bendiciones. El 14 de septiembre, este día “Los negritos” acuden a la exaltación de la Santísima Cruz en Huixcolotla, comunidad del mismo municipio de Ixtacamaxtitlán., además aquí se hacen honores al Sr. de la Salud.

En “Todos Santos” se desarrolla un importantísimo banquete donde participan vivos y muertos, los tecoltemitecos, instalan sus ofrendas en los altares familiares y acuden al panteón para visitar la morada de sus difuntos, Se enflora, limpia e inciensan[17] las tumbas de los difuntos. La ofrenda en los altares familiares comienza el 28 de octubre, cuando se recibe a los accidentados. El 29 de octubre se recibe a los “limbitos”, los niños que murieron sin bautizo. El 30 de octubre se recibe a los niños bautizados. El 1 de noviembre, a “Todos los difuntos” y el 2 de noviembre se va al panteón a despedirlos y prometerles la cita del próximo año. En Tecoltemi se “endona” a los difuntos, es decir, se les pone en la ofrenda lo que les gustaba a las personas, como “su cervecita” “su pulque”, “su pan”. También en “Todos Santos” se organiza la cuadrilla de “Huehues”, comandados por el “Viejo Mayor, salen de 20 a 30 huehues, bailando[18]  en dos filas y haciendo travesuras. “Los negritos” también salen a bailar en Todos Santos. El 8 de diciembre se festeja a La Purísima Concepción de María quien requiere de su danza de “Los Negritos” y esta es ejecutada en Tecoltemi mismo. El 12 de diciembre, es la fiesta de Tecoltemi. Aquí “Los negritos” y los “Huehues” realizan todo su repertorio para pedir y agradecer a la Virgen de Guadalupe. Los vecinos solicitan que “Los negritos”, únicos danzantes que pueden ingresar a los templos católicos, acudan a bailar a las casas de la comunidad, donde se les da de comer y beber. La seriedad de estas participaciones garantizará que las peticiones y el agradecimiento por lo recibido lleguen a los destinatarios adecuados.

“Los negritos” y los “Huehues” se acompañan con un violín y una guitarra, ambos instrumentos son tocados por vecinos de Tecoltemi y como todos los participantes de estos dones para los númenes, su trabajo es gratuito.

En la fiesta de la Virgen de Guadalupe se hace un jaripeo, carreras, torneos de basket bol y de futbol.

Haré un paréntesis para anotar algunas de las características de la danza de “Los negritos”: Los tecoltemiquenses que participan en esta danza lo comienzan a hacer desde que tienen 8 o 9 años[19]. Se aprende la danza acudiendo con el “Caporal”, quien es el que comanda a los danzantes. “Los negritos” ensayan la danza, siempre acompañados por el violín y la guitarra, en la cancha de básquet bol de la comunidad, punto de reunión comunitaria. Otro personaje importante de esta danza eminentemente masculina es “La Maringuilla”, hombre disfrazado de mujer, que cubre su rostro con un pañuelo y que está al centro de los danzantes. Los sones que bailan en esta danza son: Entrada (llegada al templo), zapateado, la trenza, despuntado, son de la cruz. Para penetrar al templo, se necesita que se lean “alabanzas”, estas están plasmadas en libros de oraciones católicas que se guardan con mucho celo y respeto. La danza de “Los negritos” lleva un estandarte guadalupano que es custodiado por cuatro “gracejos”, estos enmascarados y con cuerdas y chicotes, mantienen a la gente alejada de los danzantes para que estos ejecuten sus movimientos con entera libertad.

“Los negritos” no hacen vigilia[20] para ir a danzar, pero si todos están en “pleno juicio”, con “profunda devoción se hace la danza”[21]. “Los negritos” de Tecoltemi siempre han ofrecido a Dios sus danzas, ellos han recurrido al financiamiento ofrecido por el programa PACMYC de Culturas Populares para renovar su vestuario y continuar con la tradición “la que nos heredaron de más antes nuestros abuelos”.

Antes todos los pueblos, todas las rancherías tenían a sus danzantes a sus “negritos” a sus “Huehues”, ahora solamente los de Tecoltemi, conservan a sus danzantes.

“Para mí lo que representa la danza es un espíritu pleno de devoción de servir a Dios y a las imágenes”, dice don Guadalupe Hernández Ramírez, ejidatario de Tecoltemic.

 

Las manifestaciones culturales, fiestas, danzas, música, comida, organización, redes de relaciones son a nivel comunitario e intercomunitario. Por ello afirmamos que la afectación al territorio por parte de las concesiones mineras Cerro Grande y Cerro Grande 2, trastocará los recorridos de estas manifestaciones del patrimonio cultural de la comunidad de Tecoltemi y de las comunidades vecinas.

 

El paisaje cultural ritual afectará se verá afectado porque las concesiones mineras trastocarán más del 25% del territorio de Ixtacamaxtitlán, siendo este territorio el que legítimamente corresponde a los pueblos originarios de la zona. Además, las mineras se proponían destruir la serranía con sus prácticas a cielo abierto, es decir se acabará con el territorio.

 

Religiosidad, agua y territorio

 

El gran cerro de Mikisxochio, el “Jefe de los cerros”[22]  de la región es el responsable de la dotación de agua de río Apulco y del río Zempoala, además sus escurrimientos y los de las serranías secundarias, alimenta a cerca de 56 manantiales que dota a las comunidades de la región de Ixtacamaxtitlán.

Tecolemi satisface sus necesidades de agua gracias a dos manantiales, uno que nace en el municipio de Tetela, el Tecuitapan y el otro el Texocotitan, éste, ubicado dentro de los terrenos ejidales de Tecoltemi. El primero de los citados está dentro del terreno de un campesino tetelense, él de manera generosa, les cedió el agua del manantial a varias comunidades[23]  entre ellas Telcotemi. Los ejidatarios de Tecoltemi explicaron a la que suscribe que ellos fueron los que instalaron con su trabajo, “fainas”[24] , la tubería que alimenta ahora sus hogares. Recolectaron recursos económicos para comprar la tubería que recorre kilómetros desde el manantial hasta sus comunidades. Los mismo hicieron con el manantial de Texocotitan. Ahí hasta hace unos 40 años, los niños, niñas y las mujeres tenían que hacer largos recorridos arriando sus burros y  castañas[25], o cargando ellos mismos botes para llevar el agua hasta sus casas. En el manantial de Texocitita se cinceló la roca para colocar una imagen de la virgen de Guadalupe que custodiaba el nacimiento de agua. Tanto en el manantial de Tecuitapan, como en el de Texocotita, los años que no llueve y comienza a escasear el agua, se organizan procesiones rogativas. En estas procesiones comunitarias se pide que “Los negritos” bailen en honor de la Virgen de Guadalupe para que el manantial siga manando su riqueza. A estas peticiones de agua para las lluvias y para que no se sequen los manantiales se llevan las imágenes desde el templo de Tecoltemi.

            “Yo me acuerdo, no acabábamos de bailar y luego, luego se soltaba la lluvia, regresábamos mojados, pero contentos”, expresa Don Leoncio Lobato, violinista de Tecoltemic.

Hay trabajo comunitario[26] para mantener en buen estado las tuberías y vigilar el camino que conduce a estos manantiales.

            “Nosotros estamos muy agradecidos con Don… porque nos dejó sacar el agua para nuestro pueblo. Lo único que hicimos por él, fue poner una tubería del manantial a su casita, pero bueno el hombre, nos dejó sacar el agua. Y no solo Tecoltemi toma agua de ahí, otros pueblos también toman su agua”[27] .

 

            El patrimonio cultural de la comunidad de Tecoltemi incluye el ciclo ritual que año con año se repite y renueva incorporando a los jóvenes, quienes aprenden de los mayores. La religiosidad de Tecoltemi será impactada por la transformación del paisaje, por la supresión de lugares sagrados, como los cerros y manantiales, que va a modificar la explotación minera. Los caminos, cruces de los caminos, puntos de reunión también serán afectados por la presencia de la exploración minera, quien además empleará el agua de los manantiales de la región para incorporarla a sus procesos industriales, mermando la cantidad del líquido para el consumo humano. Este elemento, así como el paisaje, que brinda abrigo, soporte, sustento a Tecoltemic va a ser trastocado por la industria minera, para quien no hay nada sagrado.

 

            Todo lo anterior, descrito con detalle por los sabios habitantes de Tecoltemi, hombres y mujeres que lograron deshacer lo que parecía imposible, mostrar que su cultura los define como pueblos originarios y que gracias a ella hay esperanza civilizatoria, no solo para ellos, sino para todos nosotros y que la legalidad, que se impuso, está de su lado, por fin.

 

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[1] Las Cartas de Relación de Hernán Cortes y la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, dan cuenta del Señorío de Ixtacamaxtitlán y de las características de su relación con el mundo Mexica que fue derrotado militarmente por los españoles

[2] INEGI Censo de población 2010

[3] De acuerdo a las notas periodísticas, las concesiones Cerro Grande y Cerro Grande 2 abarcan una extensión de 14229.55 Km2, es decir, un 25.5% del territorio del municipio de Ixtacamaxtitlan, lo que cambiará la relación de kilómetros cuadrados por habitante, quedando 59.49 habitantes por Km 2. Vemos pues, una reducción del territorio para los ixtacamaxtlitecos.

[4] El Censo del año 2010, consideró solamente clasificar a la población indígena de 10 años y más por ser hablantes de alguna lengua de origen prehispánico. Sin considerar que grupos campesinos, sin ya hablar lenguas indígenas, poseen las características culturales del mundo mesoamericano, como el caso de Tecoltemi.

[5] Una de estas comunidades rurales, ocupa precisamente el mismo lugar que ocupaba el centro ceremonial y político del Señorío de Ixtacamaxtitlán a la llegada de los españoles. En la escuela de este pequeño asentamiento, se encuentran incrustados clavos del zompantli (estructura compuesta de cráneos de los sacrificados a los dioses) prehispánico que aterró la mirada de los europeos.

[6] Htth://mexico.pueblosamerica,com/i/tecoltemic.

[7] Tecoltemi actualmente tiene como autoridad política un Juez de Paz, este funcionario es nombrado por una asamblea comunitaria

[8] La solicitud de dotación la hicieron 61 campesinos en el año de 1931

[9] En el Registro Agrario se da cuenta de que 85 parcelas de Tecoltemi son menores a 1 Has., 53 parcelas miden 1Has., 13 parcelas son de 2 Has., una parcela es de 3Has. y 3 parcelas son de 5Has. Lo que vemos en una atomización de la propiedad agraria de los campesinos de Tecoltemi.

[10] Actualmente se conservan parajes con estos nombres

[11] “…56 mil hectáreas de suelo que pretende explotar para la extracción de oro, plata y cobre, son habitadas por más de 86 mil personas de al menos 12 localidades rurales que subsisten a través del pastoreo de ganado y de la agricultura de granos básicos, principalmente maíz y sorgo. Más de 780 familias se verían afectadas con la operación de la mina.”

[12] Recordemos la lógica binaria del mundo mesoamericano, que une férreamente los ciclos de lluvia y de secas, y que requieren de los ruegos y ofrendas de los hombres para que fructifique la tierra con las aguas y se agradezca a la misma, su reverdecimiento y productos.

[13] Los compadrazgos del niño dios, son para toda la vida y el compromiso de vestir la imagen es por tres años, los mismos que la madrina es regalada con alimentos por su comadre.

[14] En el mundo prehispánico se sacrificaban infantes para incentivar a Tláloc, la deidad de la lluvia a que bendijera el temporal con el agua.

[15] Largas gabardinas

[16] Antes que iban caminado hasta llegar a las comunidades a donde bailaban, en cada crucero se tocaba un son y se bailaba.

[17] Los difuntos degustan la comida a través los fuertes olores de los alimentos, por eso el mole es muy condimentado, que se procura poner muy calientes en la ofrenda

[18] Los sones que bailan los “Huehues” se llaman: Colorín, Ojos de la pulga, Los enanos, Torero.

[19] Esta es una manifestación de la incorporación al servicio de la comunidad desde muy temprana edad.

[20] Abstenerse de relaciones sexuales o de la ingesta de determinados alimentos.

[21] Procuran mantenerse sobrios es estos compromisos.

[22] Denominación de un niño nativo de Ixtacamaxtitlán para referirse al cerro Mikisxochio

[23] Xopanac, El Lanito, Ocotla, Coyuhualulco

[24] Trabajo gratuito para beneficio de la comunidad.

[25] Depósitos de madera que se adaptan a las bestias de carga

[26] De la misma manera que fueron los propios tecomitecos quienes instalaron su servicio de agua potable, ellos introdujeron la luz a su comunidad, ellos transportaron los postes que sirvieron para conducir la electricidad.

[27] Don Lucio Romano Martínez, ejidatario de Tecoltemi.