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10 Abril 2025, Puebla, México.

Jueves 19 de octubre, día de declaraciones tajantes (Crónica 7) / Sergio Mastretta

Universidades | Crónica | 7.ABR.2025

Jueves 19 de octubre, día de declaraciones tajantes (Crónica 7) / Sergio Mastretta

BUAP 1989-1991, Crónica de una ruptura histórica

Introducción

En 1987 el Maestro en Ciencias Samuel Malpica Uribe gana la rectoría de la Universidad Autónoma de Puebla en sucesión de Alfonso Vélez Pliego. Lo hace con el respaldo de miles de estudiantes que participan en una elección con voto universal, directo y secreto que sustenta el proyecto de universidad democrática, crítica y popular, vigente desde 1973. Con Malpica Uribe inicia la quiebra de ese proyecto de universidad en manos de una izquierda política que encuentra su valor fundamental en la independencia política respecto del Estado, pero su talón de Aquiles en la dependencia económica de la voluntad gubernamental.

La ruptura entre las facciones dominantes de la universidad se produce en enero de 1989, durante el segundo informe del rector Malpica, quien acusa de corrupción a la administración de Vélez Pliego. Siguen dos años de conflicto que incluyen la destitución del rector, la constitución de un triunvirato de gobierno por una de las facciones en el Consejo Universitario y el desgobierno hasta que se celebran nuevas elecciones en abril de 1991, todo ello en medio de múltiples refriegas callejeras como la toma del edificio Carolino por los enemigos de Malpica y el asesinato en circunstancias nunca esclarecidas del profesor Miguel Antonio Cuéllar Muñoz el 22 de diciembre de 1989.

El conflicto termina con la reforma de la ley orgánica que suprime el voto universal, directo y secreto de los estudiantes, y con la recomposición de las relaciones con el poder público estatal. Lo que sigue es la crónica de ese proceso.

Publicamos en Mundo Nuestro nuevamente estas crónicas con el ánimo de contribuir a la discusión colectiva sobre la realidad de la universidad pública en Puebla en el marco del reciente paro estudiantil y las reformas impulsadas por un movimiento que sin duda es un punto de inflexión en la historia de la Beneméita Universidad Autónoma de Puebla.

Crónica 7

Al día siguiente, a lo largo del jueves 19 de octubre, los bandos hacen declaraciones tajantes contra sus rivales.

El rector Malpica lanza un discurso desde uno de los balcones de El Carolino ante una masa que lo respalda; quienes quieren deponerlo, muy cerca de ahí, desde el patio del edificio Presno, exponen sus motivos. El Rector llama a defender la institucionalidad y denuncia los métodos golpistas de sus detractores, quienes actúan, dice, a espaldas de los estudiantes; quienes exigen su renuncia con la firma de 48 consejeros universitarios, han aprovechado el día para visitar escuelas y difundir las intenciones de su movimiento.

Yo escribo todo esto para la publicación del viernes 20 de octubre.

“Realizamos asambleas, mítines y visitas de grupo en las escuelas para discutir lo que ocurre con los universitarios”, dice Marco Antonio Moreno Ortega, quien el miércoles en la sesión del Consejo Universitario exigió la renuncia de Malpica: “Él afirma que se trata de un movimiento golpista, pero nosotros decimos que el problema de la lucha entre facciones no es el principal –sigue--. Es la ingobernabilidad en que se encuentra la institución. Es un movimiento de universitarios, la connotación política que quiere darle Malpica obscurece el problema de la situación académica de la universidad”.

Dicho eso Moreno Ortega cuestiona la participación del exrector Vélez Pliego en el conflicto: “Perjudica el movimiento, pues le permite al Rector tener un pretexto: la lucha contra el velecismo.”

Desde el balcón del Carolino Samuel Malpica tiene mucho que decir: acusa a la anterior administración de la BUAP de haber creado la crisis financiera en el que está inmersa la institución al haber creado 1,444 plazas a finales de 1987 y de haber propiciado la corrupción de funcionarios universitarios.

“La soberanía institucional radica en los estudiantes, no en el rector –clama contra la plaza repleta de sus seguidores--, así que yo haré lo que ustedes me pidan. El Consejo Universitario va a sesionar sólo con mandato de base, según actas de asamblea, ¡se acabó la arbitrariedad de ese grupo de golpistas!”

Y luego se refiere al pretendido golpe realizado en la reunión del miércoles: “El golpe tuvo la virtud de unir lo que estaba desunido, ellos han logrado unificar a los estudiantes. Por eso visitaré cada una de las escuelas para informar de lo ocurrido en la sesión del Consejo. Los autores de este intento golpista serán expulsados de la universidad. Se irán el Tesorero Rafael Bautista Ramos y el conejero suplente Marco Antonio Moreno Ortega… ¿Con qué autoridad moral se para y me pide que renuncie.”

Otras voces en la Plaza de la Democracia, desde el balcón del Carolino. La del secretario general del SUNTUAP, quien afirma que quienes quieren tomar la Rectoría por la fuerza son los mismos que en 1985 pidieron que se declarara inexistente la huelga de los trabajadores. Le siguen las voces de los consejeros estudiantiles que respaldad a Malpica Uribe, como la del consejero de Odontología.

Samuel Malpica se queda resguardado en el edificio Carolino. La multitud se dispersa. En la Casa Presno entrevisto a Marco Antonio Moreno Ortega, quien en la sesión del Consejo Universitario el miércoles 18 pidiera la renuncia del Rector.

“La universidad es una institución académica –me dice--, pero en la UAP hemos distorsionada esa imagen. La verdad es que el modelo de Universidad Democrática, Crítica y Popular está agotado, se nos ha resbalado de las manos a los universitarios. En su dinámica, la sociedad nos ha rebasado, y la prueba es que hoy los egresados nos reclaman que no son aceptados en los empleos. Por eso creemos que se debe abrir el espacio de la discusión entre los universitarios. Hasta la fecha, en la universidad ha prevalecido una sola corriente de opinión, una sola ideología, cuando en ella deben participar todas las corrientes ideológicas de la sociedad que se manifiestan en los distintos partidos y organizaciones sociales.”

La ciudad se va a dormir. Ya se vendrán nuevas jornadas en este pleito del otoño universitario.