
Cultura | Crónica | 15.MAY.2025
San Roque, de hospital psiquiátrico a centro cultural

¡Qué te cuento!
Este texto se publicó originalmente en comouno.tv
Si son de Puebla y ya tienen una edad, como yo, se acordarán de la antigua terminal de autobuses del ADO, en pleno centro de la ciudad, en una calle estrecha en la que los choferes hacían verdaderos milagros y malabares para entrar y salir de la estación. Esa calle, la conocemos hoy como Juan de Palafox y Mendoza, pero no siempre se llamó así. En 1910, se llamaba calle de La Compañía, desde 1917 hasta 1945 Avenida Ayuntamiento, de 1945 a 1999 Maximino Ávila Camacho y desde 1999 hasta hoy Juan de Palafox y Mendoza.
¿Ya se ubicaron? Bueno, pues justo enfrente, está la iglesia de San Roque, santo que la custodia en la parte superior de la fachada. Se le considera el santo de los enfermos y los necesitados Él mismo era peregrino y en todas sus representaciones gráficas tiene el faldón levantado, dejando al descubierto una pierna herida. El dato de la herida no lo sabía cuando era niña. A mis hermanos, primos y a mí, siempre nos llamó la atención que enseñara la pierna y decíamos que era el santo del aventón -parecía que pedía raid con el dedo pulgar y enseñando la pierna-, éramos creativos y muy irreverentes.
Otra cosa que nos ponía los pelos de punta y nos daba un poco de morbo, era que las ventanas del convento u hospital de junto a la iglesia estaban tapeadas. Eran unas ventanas grandes con sus barrotes, pero clausuradas por alguna obscura razón que a nuestra corta edad no podíamos imaginar. Nunca pensamos en los horrores que seguramente sucedieron detrás.

San Roque fue un lugar construido en el siglo XVI para dar atención médica a cualquier viajero español que se encontrara en la ruta de Veracruz a Ciudad de México. En casi 500 años de historia, ha sido un hospital psiquiátrico, un fuerte militar, una cárcel y una fosa. En el hospital de San Roque se enterró a personas que fueron asesinadas en crímenes violentos. Sí, por espeluznante que se escuche, todo parece indicar que fue una fosa. Durante su restauración, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hallaron nueve esqueletos que pertenecieron a mujeres embarazadas, nonatos y un hombre asesinado de un golpe en la cabeza. Se encontraban, de manera sospechosa, debajo de los pisos de los patios, ocultos en las escaleras o bajo las columnas del convento hospital.
Pero ¿cómo fue que llegó a eso? Veamos su cronología. La construcción del hospital duró entre 1563 y 1614, y corrió a cargo de la orden de La Caridad del Mártir de San Hipólito. “Fue el primero con su especialidad en atender a los viajeros”. Unos años después, se convirtió en el lugar en donde se atendían a los enfermos de la peste, y desde entonces todo el hospital adquirió un halo de centro de confinamiento. En el siglo XVII San Roque se convirtió en un “hospital para dementes” y otros que no lo estaban tanto pero que las familias querían perder de vista por tratarse de parientes incómodos, según dicen “se percibía injusticia en muchos de los internamientos, más que enfermedad”.
En 1872, San Roque fue habilitado como una base temporal del ejército, que peleaba contra las fuerzas de Porfirio Díaz, quien trataba de impedir la reelección de Benito Juárez. Muchos años estuvo ahí, sin que nadie reparara en él, más que los niños curiosos como nosotros que veíamos las ventanas tapeadas sin entender, ni preguntar, el por qué. Hoy es un centro cultural increíble, con un patio central al que adornan una espectacular buganvilia, una fuente y unos arcos. Tiene pequeños salones que en su momento debieron ser celdas o habitaciones y, la verdad, a pesar de su pasado, es un lugar lleno de paz en pleno centro de Puebla, con cero mala vibra de esa que dicen surge cuando en el recinto sucedieron cosas feas, que sin duda en San Roque acontecieron. Tiene mucho encanto y esta última vez que lo visité, además tiene cielo, purgatorio e infierno.

Esto se debe a que están exponiendo la obra de Rak Unanue, artista poblana, acompañada nada más y nada menos que por unas ilustraciones de Salvador Dalí. La titularon “Transmutación del Infierno a la Luz”. A lo largo de los pasillos acomodados en el orden de los tres reinos de La Divina Comedia de Dante Alighieri, se acompañan de un lado la obra de Rak y del otro la de Dalí.

Sin duda, buenos pretextos para darse una vuelta por el centro de Puebla, recorrer San Roque, ver la exposición, aprovechar la presencia de Salvador Dalí por nuestros rumbos y también recordar esa gran obra de la literatura universal, La Divina Comedia escrita entre 1304 y 1321. Esta obra es un poema que cuenta el viaje del protagonista a través del infierno, el purgatorio y el paraíso, seguramente un viaje parecido al recorrido que hicieron las almas del pasado en San Roque. (Malusa Gómez)