diciembre 5, 2025, Puebla, México

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Fogata Cultural: 25 años invitando a los niños a leer / Santiago Lino Maldonado

Este reportaje del joven escritor Santiago Lino Maldonado da una buena idea de la importancia de la organización civil como fundamento de la sociedad mexicana

Mientras camino por la colonia de Tres Cruces, en una de esas mañanas otoñales, donde el sol quema, pero el viento enfría, una pregunta surge en mi mente: ¿Cómo se puede promover la literatura en un lugar como este, tan maltratado y herido?  Las calles llenas de baches o sin pavimentar se extienden frente a mí, a los costados, casas en obra negra y terrenos llenos de maleza o escombro rodean la vista. Y es que Tres Cruces, es una zona del municipio de Puebla que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) de 2017, 2020 y 2025, entre el 50% y el 70% de su población está en situación de pobreza moderada ya sea por analfabetismo, falta de estudios, vivienda en malas condiciones, desempleo o carencia de servicios, siendo el agua una de las mayores demandas desde los últimos años.

Pero la respuesta a mi preocupación llega al momento, frente a la casa de la asociación Fogata Cultural, en uno de sus muros está el cartel de un niño jugando. A cargo de la asociación civil, está “Nemo” Durán, quien dirige el proyecto desde hace veinticinco años, con la misión de promover la lectura a los niños en estos sitios amenazados por la violencia y la indiferencia.

¿Es posible contar 25 años de experiencia de un grupo civil organizado?

Conozco a Nemo desde noviembre de 2022. En mi búsqueda por un sitio que me abriera las puertas para realizar el servicio social, encuentro en internet el nombre de Fogata Cultural A.C. Por su página web me entero de su principal propósito: talleres y círculos de lectura para niños. Como estudio la carrera en Literatura considero esto una oportunidad inmejorable, así que hago los arreglos para conocer al responsable de la organización. Quedamos en vernos un par de días después, unas semanas antes de terminar mi semestre universitario.

Hoy estoy por conocerlo.

Nemo

Bajo la sombra de aquella fachada, toco el timbre. En un momento de curiosidad me asomo a la reja que guarda el patio delantero de la casa y descubro el suelo repleto de libros, mesas y sillas de todos los tamaños. Pilas y columnas de lecturas, cajas repletas de libros, otros en bolsas de tela como itacates sacados de alguna biblioteca. Pasan los minutos cuando una voz me llama desde atrás. Es Guillermo Durán Vázquez, un hombre de piel morena y ojos brillantes.

Nemo Durán en el estand de Fogata Cultural durante un evento de la CDH Puebla (2018).

Dentro de su casa, también llena de libros y materiales didácticos le comparto mi interés sobre Fogata Cultural. Me responde con uno de sus rasgos más llamativos, raro en nuestra época: una sonrisa genuina, labrada tras años de creer y confirmar que las acciones de uno son capaces de beneficiar a los demás. Guillermo “Nemo” Durán Vásquez concibe la idea de un círculo de lectura cuando se ve obligado a dejar de su trabajo tras una enfermedad. Inquieto y restringido en su casa, su primo lo convence del proyecto y juntos organizan la primera sesión para marzo del siguiente año. Nemo realiza lecturas por la tarde para sus sobrinos en un terreno al lado de la casa, con una fogata que hace llevadero el frío. Este acto recreativo sin mayor intención que compartir el gusto por la literatura a las generaciones más jóvenes logra captar la atención de los demás residentes de la colonia, amasando un público creciente. El licenciado Guillermo Durán es bautizado por los niños como Nemo, en honor al capitán Nemo, personaje vivaz en las historias de Julio Verne, pues es este autor uno de los primeros que comparte con los niños.

En la sala de la casa, rodeados de libros y papeles, mesas, sillas y sillones para los niños, Nemo me confiesas su catarsis: “Para los niños, además de ser un espacio donde desarrollan su pasión por la lectura, en Fogata Cultural tienen la oportunidad de sentirse protegidos, de sentirse escuchados. Muchos niños llegan de familias incompletas o ausentes, aquí formamos una comunidad. Debes tener muy en claro lo que estamos haciendo, lo importante que es esta actividad para los niños. Son niños que de verdad se interesan por participar en Fogata y que consideran seguro este espacio”. Me explica las reglas y conductas que uno debe tomar en la organización al ser un mediador de lectura; trabajar con niños no es sencillo, algunas veces ellos se encariñan con los mediadores al punto de verlos como hermanos mayores o figuras casi paternas. “Es nuestra responsabilidad cuidarlos, pero también hacerles entender que nuestro paso por la organización es temporal, tu rol es ser mediador de lectura, no su papá. Cuida de ellos, enséñales, pero también mantén tu distancia, sé profesional”.

Sesión de trabajo en Fogata (2001).

Sobre la educación de los niños

Mi encuentro con Nemo Durán me obliga a reflexionar a fondo sobre la realidad de la educación de los niños y el sistema educativo en México. La niñez es una etapa crucial en la vida de cualquier persona, es el periodo en el que empezamos a experimentar el mundo. Durante la infancia las personas comienzan a formar su identidad: desarrollan gustos e incomodidades, pasiones e intereses, heridas y resentimientos. En un país como México, donde la desigualdad y la violencia suelen ser constantes, la niñez también se vuelve un momento amenazado. No es raro que miles de niños crezcan con heridas provocadas durante su formación temprana, resultando en adultos con malestares o poca afinidad para aspectos sociales, intelectuales o emocionales. Por ello las escuelas cobran importancia al ser centros educativos y de aprendizaje donde los niños puedan recibir guía y dirección. Sin embargo, en sitios donde se propician actitudes de indiferencia y violencia contra la infancia y contra los espacios de estudio, los niños se ven obligados a dejar la escuela para apoyar a sus familias, se les incita a trabajar o las mismas instituciones les cierran las puertas. Estas actitudes son más prominentes en zonas de mayor precariedad social y económica, por ello, proyectos como Fogata Cultural se vuelven indispensables para la formación y el crecimiento de los niños, especialmente en una colonia como Tres Cruces.

Desde sus inicios, Fogata Cultural comienza a resonar en los periódicos y la radio. Este reconocimiento lleva a que sea el propio el gobierno quien se acerque a Nemo y lo invite a formar parte del proyecto nacional Salas de Lectura. Es en esa época que se termina por formar la identidad de la asociación:

“En aquel entonces me invitaron a grabar una entrevista, y yo decía, ¿de qué voy a hablar? ¿Qué voy a decir? Entonces les conté a los niños de la invitación a ese programa, y que venían a hacerles un reportaje. Y fueron ellos y ellas las que hablaron. Yo me quedaba sorprendido por lo que decían, pensé ¿a poco eso es lo que estoy haciendo? Para ellos era sumamente importante esa acción de lectura, y yo no me había percatado”.

Reflexiono sobre lo que me dice Nemo: un sitio como Fogata Cultural se vuelve indispensable para el desarrollo de la infancia, pues se convierte en el lugar donde los niños aprenden a convivir y formar lazos, conociéndose al conocer a los demás. En este espacio construido por todos, la gente, niños y adultos, han encontrado la oportunidad para hablar sobre sus preocupaciones y expresarse sin temor a ser juzgados. Así surge en 2001 la primera campaña de reforestación de Fogata Cultural: «Feria Ambiental de Tres Cruces “Devolvamos a la Tierra lo que le quietamos”», impulsada por los mismos chavos de Tres Cruces que han visto como la urbanización de la colonia la ha transformado de manera agresiva en un pedazo de concreto inerte.

Feria Ambiental y campaña de reforestación (2001).

“El espacio de confianza les permite a los niños a entenderse como personas –confirma Nemo–, diluyendo los miedos que pueden surgir mientras crecemos”.

La ayuda especializada

Con el paso del tiempo los niños de Fogata le piden a Nemo información sobre distintos temas, pero él, al no contar con conocimientos tan precisos, se le ocurre armar pláticas con especialistas. La primera presentación fue sobre educación sexual, pues muchos de las chavas y chavos está en plena pubertad o a punto de iniciarla. Es complicado conseguir gente que se comprometa a hablar de temas considerados no aptos o complejos para niños en Tres Cruces, pero gracias la difusión del proyecto por los medios, la Secretaría de Cultura del Estado decide ofrecerle su apoyo facilitando especialistas para estas pláticas. A los temas de sexualidad e identidad de género le siguen los de abuso y violencia, sustancias y drogas; cada plática ha servido como una jornada de autoconocimiento y conciencia, rompiendo con paradigmas que en muchos hogares todavía son tabús. Los niños se sienten atraídos por estos nuevos conocimientos.

“Hablar sin miedo sobre temas que los niños y adolescentes normalmente se guardan –afirma Nemo–, constituye una parte clave del proyecto.

Experiencias y resultados

Fogata Cultural es una organización sin fines de lucro que existe gracias a donaciones y el apoyo principal de aquellos que comparten la visión de Nemo por diversificar la pasión por la literatura y la cultura. Igualmente, el proyecto se ha adentrado en el mercado editorial: en busca de compartir las historias de los niños con el resto de las personas, Nemo colabora con imprentas del estado para realizar publicaciones de antologías, poemarios y cuentos que escriben los niños. A través de estos apoyos y ventas, Fogata Cultural puede organizar salidas y viajes a sitios como bibliotecas o sitios en la naturales donde los niños pueden expandir sus horizontes, reafirmando una noción dual de la literatura: el mundo dentro de los libros y el mundo sensible. Es a partir de las vivencias que podemos escribir y resonar con lo leído.

Talleres de iniciación artística (2003).

“Cada uno de nuestros chicos ha podido vivir un encuentro en algún lugar de nuestras salidas –dice Nemo–, gracias a nuestros donantes que confían en nosotros y saben que nuestro público muchas veces no tiene oportunidad de ir a estos lugares”

Si hay algún resultado de Fogata Cultural que Nemo disfruta presumir y compartir, es la lucha contra el analfabetismo y la baja académica de niños y jóvenes que dejan la escuela. De acuerdo con datos proporcionados por el INEGI en conjunto con la Secretaría de Educación Pública (SEP), sabemos que para 2022 había en el estado de Puebla, aproximadamente 1.9 millones de mexicanos asistiendo al colegio, contando desde primaria hasta educación superior. De esta cifra, en promedio, el 5% dejó los estudios ese mismo año, coincidiendo también con el porcentaje de menores con analfabetismo en el estado. El informe también nos comparte que el número de personas que abandona la escuela incrementa con la edad, con 8% del total de alumnos en educación superior dándose de baja académica.

“Fogata Cultural combate el rechazo a la educación con sus programas –afirma Nemo–, haciendo del aprendizaje una experiencia placentera que invite a los niños a seguir en la escuela. Parte de esta lucha es la búsqueda de becas para que todo niño tenga la misma oportunidad de asistir a la escuela”.

Ya sea en primaria, secundaria o bachillerato, Nemo busca la dignidad para todo niño sin importar su trasfondo. En estos esfuerzos, los niños que han participado en Fogata Cultural han logrado mejorar su rendimiento escolar y en muchos casos, hasta terminar el bachillerato gracias al apoyo de Nemo, volviéndose adultos apasionados y comprometidos:

“Todavía me sorprende la transformación de los chavos y chavas –comenta–, la lectura les ha ayudado a encontrarse con lo que quisieran ser de grandes. Me di cuenta de que la lectura no es solo aprender a disfrutar, sino también es aprender a encontrarte como protagonista de tu propia historia. Por eso para nosotros es sumamente importante ir formando lectores en cada uno de los chicos, porque cada uno ha encontrado su vocación gracias a un libro”.

La participación de los adultos en Fogata Cultural

Personas adultas también entran en diálogo con Nemo para abrir nuevos espacios de participación en la dinámica de lectura. A Con ellas, la asociación ha abierto sus horizontes para incentivar la lectura en cualquier rango de edad, en búsqueda de disminuir el analfabetismo en la población y presentar un ambiente agradable para nutrir intereses personales:

“Uno de los grandes aciertos ha sido que no condenamos un libro, tienes la libertad de leer cualquier material en Fogata Cultural –dice Nemo–, ya sea un fanzine, un periódico, la revista de moda o lo que quieras. El rol del mediador es que te vaya vinculando a otros libros, que te acerque a la poesía, al cuento, a la historia”.

La pandemia y la reorganización de Fogata Cultural

La pandemia por el virus de COVID-19 significa en su momento un golpe duro para Fogata Cultural, que se ve obligada a suspender todas sus actividades para prevenir contagios y no poner en peligro a las personas. Esta pausa en las operaciones representa un gran cambio en el paradigma para la organización, pues la falta de integrantes también es una falta de promoción, pues son los mismos niños quienes a través de sus experiencias divulgan las actividades de Fogata Cultural. Terminada la cuarentena Fogata Cultural prioriza la reactivación de los círculos de lectura bajo las medidas apropiadas, al mismo tiempo que busca mayor presencia dentro de la comunidad para recuperar el alcance que se había perdido en el encierro, apoyando actividades como conciertos de beneficencia, presentaciones de libros, excursiones y colaboraciones. El cambio de paradigma después de la pandemia también trae la oportunidad de desarrollar proyectos audiovisuales. Desde los últimos años Fogata Cultural produce cortometrajes orientados a adolescentes, abordando temas de salud mental, consumo de drogas y demás retos que salen a la luz conforme uno crece.

“Cada uno de nuestros colaboradores ha hecho que podamos cumplir 25 años –afirma Nemo–. Yo seré el de la cara, pero sin la gente detrás de mí no se hubiera logrado. Cada logro es gracias a las personas que han llegado a Fogata Cultural”.

Santiago Lino, autor de este reportaje, en 2023, con dos jóvenes participantes en Fogata Cultural.

25 años

Ahora, a 25 años de aquel primer círculo de lectura, la comunidad que nace en Tres Cruces celebra el aniversario a manera de un concierto con artistas invitados, para financiar así nuevos proyectos entre los que destacan un cortometraje que será presentado en la Cineteca Nacional a finales de año, escrito, dirigido y protagonizado por las mismas voces de Fogata Cultural, dedicado a todos los jóvenes; además de nuevos libros de poemas y cuentos.

Hoy, las llamas de Fogata Cultural siguen fuertes, iluminando el camino para que los jóvenes sepan encontrarse en un mundo incierto, luchando por su felicidad entre la indiferencia y el rechazo.