I
De los principios racionales-legales a las lealtades patrimoniales
No hay duda que en México la vida democrática involuciona día con día, y no hay oportunidad que desperdiciemos para mostrar el afianzamiento de nuestro talante patrimonial. Una clara muestra de ello la dio el gobernador poblano, Alejandro Armenta Mier, al señalar, contundente, la necesidad de modificar la ley de ciberacoso, luego de las opiniones vertidas al respecto por la presidenta Claudia Sheinbaum (recomendando que debe quedar establecido que la ley no tiene que ver con funcionarios públicos y políticos y estos no resulten beneficiados por dicha ley) y habiendo desoído los debates que la misma ley generó por más de dos semanas en la sociedad civil; y por más que la diputada García Chávez intente taparle el ojo al macho, pretendiendo hacerse de un dudoso halo democrático.
II
Pensar en la más elemental depuración de Morena y su gobierno en pos de la supuesta fidelidad a sus principios, y a la consecuente democratización del país, no solo resulta ingenuo sino además, inútil. Eso que llamamos Morena, su marca de identidad, es la de un monstruo de mil cabezas y de esa monstruosidad nace su fuerza. Seamos claros, la presidenta Sheinbaum tiene el poder, pero no el control. Y a diferencia del PRI, cuya principal característica fue la del relativo control de los cacicazgos a partir de la corrupción y en nombre de la institucionalidad partidista y, un momento después el de su desdibujamiento a través del corporativismo, Morena se alimenta, paradójicamente, del fomento de esos mismos cacicazgos y del peor corporativismo.
El caso de Armenta Mier en Puebla es el más claro ejemplo del margen de maniobra de los poderes locales en relación al centro, incluso, operando abiertamente en contra de este y en franco desacato, así como su ascenso político es resultado de su gatopardismo de la estructura clientelar que forjó desde el gobierno marinista, y de las relaciones peligrosas con Ricardo Monreal.
III
Otra peligrosa muestra de la regresión democrática que vivimos la dio el Congreso de la Unión al desaparecer de un golpe el CONEVAL, posiblemente, la institución más importante que ha tenido el país para efectos de medición de la pobreza y de los efectos de las políticas públicas en la sociedad.
Igualmente, el día de ayer el Congreso aprobó la posibilidad de que los militares contiendan por puestos de elección popular, haciéndonos regresar a los tiempos de Ávila Camacho que, junto a la integración de la Guardia Nacional a las Fuerzas Armadas, es la más clara muestra de la militarización del país.
